Nacho Rey

LA GIGANTA (CHARLES BAUDELAIRE)

 

Cuando el orbe animado de un aliento fecundo

engendraba sin pausa criaturas monstruosas,

pude ser compañero de una joven giganta,

como un gato sensual a los pies de una reina.

 

Ver su cuerpo a la vez madurar con el alma

y crecer libremente entre juegos terribles,

acechando si oculta un amor oscurísimo

bajo la húmeda niebla que enmascara sus ojos.

 

Prodigar mis caricias a sus formas ciclópeas,

escalar la ladera de sus grandes rodillas,

y en verano, cuando huye de los tórridos soles,

 

y cansada se tiende sobre un lecho de campos,

a la sombra dormir de sus pechos, confiado,

como al pie de los montes una aldea tranquila.

 

                                        CHARLES BAUDELAIRE