Ante la muerte, de todo cuanto hubo
De conocerse a sí a través de otro
Y desconocer a su paso a lo que se creyó
Que hubo o no, que amó y fue perdido
Ante la distracción inmanente, ¿Qué sentido
Valdría la pena rescatar de esta probable alegría?
¿Cuál motivo, valdría la angustia repetir una y otra vez?
Y otra vez como si fuera poco, otra hasta la saturación
De todo humano y luego otra y otra y aquí estamos
Sobrevivientes supremos en la posibilidad de la vivencia
Ante la vida, de todo cuanto habrá de
Reconocerse a sí través de otro
Y olvidar a su paso a lo que se cree
Que hay o no, que habrá y que amando
Jamás del todo en uno ya perdido, estará condenado