Deseamos la lluvia
incansable, la espera es torpe
con la lluvia sospechamos la ausencia
aún así nos pertenecíamos
La oscura tarde delató nuestros cuerpos
tu voz suave, casi muda, casi ahogada
y tu silueta anegada por el beso de la lluvia.
Me anhelabas, escueto
tú sin manchas de ayer
yo en ti
Olvidamos que la vida no es eterna
y engendramos el amor en tu descanso
frente a un mar poseído de espinas.