Anngiels Simplemente Mujer

MI ÁNGEL CAÍDO.

 

 

Tu sonrisa pervierte mi fe.

Arrodillada irredenta frente a tu sombra

sometiendo mis sentidos a tus instintos.

 

Los Dioses todos, me restaran sus favores

al descubrirme hincada ante tu templo

ofrendando lágrimas desde mis heridas.

 

¡Qué sublime poder tienes para vencer mi voluntad!

Tiras por tierra mis creencias, mis virtudes

volviéndome esclava de tus deseos irrefrenables.

 

¿Será tu boca siempre volcán en erupción,

trastocando en su lava ardiente mis besos,

talando inclementes las parcelas de mi cuerpo?

 

O tal vez tus manos esculpiendo en mis caderas

movimientos de olas embravecidas.

la seda de tus manos, cinceles volátiles,

deslizándose sobre mi piel.

 

Quizá sean tus ojos de mirada penetrante.

Misterios con destellos oscuros de lujuria

estremeciéndome hasta los huesos.

 

O la dulce ondulación de tu cuerpo sobre el mío

péndulo que hipnotiza,

sin destino naufrago

por los acantilados de tus brazos.

 

¡Demonio!

Atrapada en tu infierno,

el alma cruelmente se calcina.

Muero prisionera de la hoguera

y, a mi pequeño ángel de la guarda 

oigo derrumbarse a mis espaldas.