No sería capaz Parmenides de argumentar su posición ante tus ojos
Ante tus ojos no hubiera argumentado nunca Parmenides, eso de que no se puede ser todo y nada en un mismo instante
Estoy convencido mujer
que si alguna vez tus ojos se hubieran enfrentado a los suyos
bastaría un segundo para que aquél convencido
cediera ante la posición que ahora invoco;
cuando tú me miras lo tengo todo y...
No tengo nada.