Philo-posia

Leja

Me han prometido amor eterno tantas veces, me han prometido una vida en tantas ocasiones y me han llamado “amor de mi vida” tantas veces… En el fondo siempre me pareció una osadía pictórica tal atrevimiento. ¿Por qué? Porque parece tan fácil la vida, pero tan difícil vivir, tan dulce el amor y tan amargo el amar. Mayormente, cuando no vale ganar de cualquier manera, ni perder sin plantar pelea. Por el momento, “la cadencia del tic tac del alto reloj me muestra la decadencia de la eterna cadencia de mis mal habidos días”. Y en esta epopeya que llaman tiempos modernos, observo a la distancia cómo despilfarran vitalidad forjando las mismas promesas que inventaron un día, mientras sus nervios se encuentran al final de sus fuerzas, a punto de que falle su valor, sedientos de amor maternal, obligándose a vivir una vida injusta y equivocada… Ya lo decía aquel borracho, mientras el arrabal desgarraba su existencia, la vida es una serie de eventos desafortunados en donde la felicidad es un evento fortuito dentro de una serie de eventos al azar