Todo fue de repente.
Caminabas despacio viajando hacia la nada.
Caminabas, caminabas.
¿Llorabas? Sí, llorabas…
Y de pronto la muerte pasó
a centímetros de tu existencia,
y hasta la propia muerte pensó
que el auto la mataba.
¿Acaso es suicidio frustrado?
¿Será que a la muerte
los reflejos macabros ya le fallan?
Hubo gritos,
la muerte se detuvo asustada,
y en ese instante salvaste la vida,
porque ella
sorprendida,
no tuvo tiempo de hacer nada,
simplemente quedó paralizada.
En fin, por esta vez no ha ocurrido nada.
Las personas todavía comentan,
la muerte siguió su camino buscando suicidas
y tú reinicias el viaje hacia la nada.
Pero cuídate,
no dejes que las nostalgias hagan crisis,
ni que las crisis te lleven a la desgracia.
No soy policía del tránsito,
ni tengo vocación de guardaespalda.
Tampoco soy funerario voluntario,
solo soy tu Angel de la Guarda..
Frank Calle (11/mayo/2019)