Su mirada me gritaba un silencio ensordecedor
Su tierna y sutil voz de alegría ponía el comedor.
Su esencia llegaba hasta lo más profundo de mi corazón
Hasta no dar más y perder totalmente la razón.
Su alma en la mía se poso
Creando así tu recuerdo eterno
De los ángeles en el infierno,
Solamente allí es donde reposo.
Amarte y odiarte
Las dos están de tu parte.
Me enamoré de lo inmutable
Y ahora mi ser se encuentra irreparable.