El día que ellas nacieron
el sol salió más temprano
y por el cielo corrían
estrellas y astros lejanos
anunciando la llegada
de corazónes entrelazados.
Tienen una sonrisa eterna
y luceros color claro.
Con voz claras de agua
cuando lloraban susurrando.
El día que ellas nacieron
fui padre sin estar preparado,
y aprendí mis lecciones
adormeciendolas en mis brazos.
Y las niñas de aquel entonces
son madres de otros encantos,
y ahora son ellas las que cantan
Ángeles de sueños dorados.