EL MAR ES NUESTRA VIDA Aquí al lado del mar, jardín de la amada perla, aquí la vengo a llamar para
curarme las penas, y me bese la nostalgia que a mis pupilas rodea, y me acaricien sus labios lo
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-mismo que la marea, cuando besa las orillas de esas mágicas arenas,
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solitarias y dormidas, por tantas playas desiertas. Así vivo yo sediento como las blandas arenas,
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esperando la saliva de mi fonibusa y de mi libella, que tiene afán de besarme y yo también de beberla.
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Ven tú amada mía que estoy bajo la tierra, sálvame tú amor mío, de esta terrible condena.
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Me han pegado los astros y desde aquella muero de pena,
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y lloraré siempre por ella, antes que se nuble el sol y se queme toda la tierra.