Anoche soñé
con el despertar de un arroyo primerizo
estaba frio y desconcertado
tiritaba de miedo
se abraza colgado de las alas robadas a un ángel callejero
llovían plumas de nácar adornando prosa y clarín
juegos de nubes entrelazadas, duermen de tarde en su dulce
toque de aguas
Anoche soñé con tu miedo
regando cintas de cuero
con lágrimas de sal de río
que amarraran sin cansancio
suerte de cárcel de acero
Las fugas que de tu boca
soplaban cantos violentos
volaron hasta mis brazos, alas de marfil sediento
y colibries desbocados en lluvia de manto en tu pelo
Anoche soñé en silencio
desperté en medio de un aguacero
contando que vi un arroyo
volando en alas de nácar, robadas a un ángel de miedo