alupego (Ángel L. Pérez)

IMPERTÉRRITA Y AJENA

IMPERTÉRRITA Y AJENA

Hieráticos como estatuas,
como figuras moteadas,
queda el animal estático,
que como gris escultura,
se camufla entre el follaje,
para evitar la amenaza,
que se cierne con premura.

Vive el Hombre camuflado,
de ropajes revestido.
Vive el humano escondido,
entre vestidos y joyas.
Oculto en rictus y gestos,
en su apariencia fingido,
de la verdad que le asombra.

Bordada con hilos de oro,
tapa el sayo la alegría,
encubre la intensa pena,
y da sombra a la codicia,
que en su interior almacena.
Oculta el ser vanidoso,
entre los pliegues de tela,
se esconde como la lágrima,
en los sibilinos ojos.

Madura el fruto en la arena,
en las carnes que le acunan.
Y se endulza al madurar,
o pudriéndose alimenta,
lo que va quedando atrás.
La fruta cae y se condena,
precipitando su fin,
entre las fauces ajenas.

El cielo en plomo tornó,
de azul a gris se acelera.
La paleta de colores,
su semblante va pintando,
del color que se refleja.
Así transmuta el amor,
cuando su final se acerca.
Arco iris de belleza,
atraviesa el corazón.

Estática en su vivencia,
como de moldeable cera.
De yeso sus tibios gestos,
blancos de pura existencia.
Presos los ojos plegados,
hacia sus profundas cuencas.
Inexorables matices,
ajenos a su apariencia.

Camina siempre camina,
entre luces ambarinas,
de irisadas pinceladas,
que van pintando la vida,
de gruesos trazos tapada.
Oculta entre bambalinas,
con las mentes disfrazadas,
de ornamentos de mentira.

Canción de pálidas notas,
cargada de sutilezas,
que adornan el día a día,
entre luces y tibiezas.
Amor que dentro penetra,
como el dolor en la herida.
Como en la perdida grieta,
se va escondiendo la vida.
Amor de sutiles formas,
y de arrogantes maneras.

Hierática en la carrera.
Mientras veloces se alejan,
entre luces y tinieblas,
las penas del corazón.
Impertérrita y ajena,
canta la vida su son.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
13/05/2019