El viaje al paraíso que he soñado,
es un sendero de rosas y de espinas,
un paseo fugaz algo agrietado,
una simple aventura con rutinas.
Persuadido de encontrar ese destino,
afronto dignamente los problemas,
perseguir al final ese camino,
puede ser para mí un gran dilema.
Acosado por la inmediatez del tiempo,
decidido a resolver la disyuntiva,
seguiré el camino de las rosas,
evitando los senderos con espinas.
Conquistar al final ese gran reto,
puede ser una ilusión infructuosa,
al final la vida en sí, es solo un sueño
y una vida sin sueños no es hermosa.
J. Piñeiro