“Del Dolor II”
Y porque noto en las mañanas
Que la ausencia duele en la razón,
El sin sabor de un despertar
Entre las sombras de mi cuarto,
Ya no existen los temores
Ya no siento el corazón;
Todo es silencio en el balcón,
Mustia lavanda atardecida,
Tenue el sol con su fulgor,
Luna errante que me embarga,
La triste velada de un amor,
Y te espero aún, en el portón