Una mañana la encontré llorando sobre su cama
Mientras le preguntaba que pasaba
Traté de secar
Las lagrimas de su cara
Más no hubo respuesta
Y mi abrazo la consolaba
¿Qué más podía hacer?
Esa pequeña era mi hermana
La miré fijamente de nuevo buscando el porqué de su llanto
Y pude verme a mí misma
En un instante
Con alguna pena de amor lejano
Más su amor no estaba lejano, ni era ajeno
Su llanto era el producto de la infidelidad
Que como letal veneno
Iba devorando su ingenua personalidad
Cuando pude escuchar esto que cuento
Mi cuerpo no sabía reaccionar
Era un manojo de nervios;
Y ella lloraba hasta rabiar,
Mientras… yo quería tener enfrente al infeliz
Y apretarle el cuello;
Pues no es ni será de hombres
Amar y engañar al mismo tiempo
Lo único que pude hacer fue extenderle mi mano
Y señalarle los cielos, Indicarle los caminos
Que ha recorrido mi joven experiencia
Y afirmarle que todo lo que se hace en esta vida
Tiene propia inteligencia
Cuando de repente
Alguien se asomo por la puerta,
Era él…
Y aunque en mi mente lo asfixié miles de veces
Ella corrió a abrazarlo sin pedir explicaciones
(Lo sé, así es el amor, a veces tan tonto que no pide razones)
Ya no pude evitar que la hiciera
Más infeliz...
Ella lo ama más que a si misma
Y cuando él la mira
Ella goza de alegría…