Un nuevo ciclo reinicia sus cuentas,
y sin explicación alguna llegamos hasta aquí
estoy frente a ti anonadada por tus ojos.
Entramos en la catedral de nuestro idilio
Con condecoraciones intergalácticas,
en el techo hay un fondo negro cósmico
y adelante nos aguarda un altar lunar.
Nos juraremos complicidad eterna,
tú serás poesía y yo traduciré tu misterio.
Entrelazaremos nuestros labios
hasta que nuestras sonrisas se eternicen,
y nuestros cuerpos se convierten en polvo de estrellas.