Costantino

Samaritana


Apresurada

huiste

de mi herida

quise ser tú

más tú

no aceptaste

ser la novedad

que sangró de mi pecho

arrebatado

confundido

ateo de tu dios

creyente de tu miseria


Te oí

nuevamente

eran tus pasos

lo sé

y me temiste

te temiste

tu precepto se interpuso

y el horror

y el desamor

y te hiciste lejanía

a mi lado

y sin mí


Hasta que llegó

él

o ella,

qué más da,

y un hilo de vida...

el mío...

le ofrecí un suspiro

y mis ojos

teñidos de su mirada

anclada en la mía

rasgada

adormecida de cariño

y en dos manos

suyas

supe

que mi muerte

sí, la mía

se declaró fugitiva

de esta vida

sí, mía


ah... el hilo de vida...

samaritana.