Una sombra que adorna las esquinas
Arremanga los recuerdos
Una fría brisa que entrelaza dedos
Decora las cinturas como enredaderas
Agua estancada de pupilas
Baja de la cima del mundo
Extiendose al Melancólico convulsionar de la ciudad
Mientras la tierra transcurre en silencio
Bajo nuestros pies
Somos un pulso de vida
En las cenizas de mariposas
Deseo que nos despierte el Rayo en la austera pradera y mis manos sean suficientes
Para abrir en tus ojos infinitos senderos
Desierto cáliz vacío
Amargo valle de empobrecidas rosas
Fábrica de almas y sueños
Qué sabré yo del teñido color de tu corazón
Si mi alma es del color de las hojas
Deseo sean suficientes mis labios y
Como las estrellas puedan abrir caminos
Y encontrar al fin la Aurora perpetua en la tarde repleta de otoño