Entre el bambú,
La lluvia servía de pulcra sinfonía,
El agua discurría por verdes,frondosos y flexibles bosques,
La bruma,
vestida de encaje y algodón,
un delicado suspenso en el ambiente mantenía.
En un pequeño lago,
Dos peces kois residían,
Esencia de una leyenda que los ancianos impartían,
Escrita en un muro de cuarzo negro,
Custodiada por la eternidad,
se aprecian los relatos de una joven luna que en el bosque se escondía,
Perseguida por la voluntad del amanecer,
Rayos de un sol mancebo que en furor la poseía.
El silencio de una tierra virgen colmada de tentación,
Sirve de prueba magna de la aberración,
Producto de la amalgama de una prominente luna con un intrépido sol.
Desde entonces el sol brindaba pequeñas llamas
para dar tenue brillo a su pálida amada.
El universo no resistirá la unión de los guardianes del fulgor y la oscuridad,
Es entonces cuando el espacio y el tiempo colapsará,
Y un agujero negro la sabiduría natural absorberá,
El castigo para los obstinados amantes no abra de esperar.
Este amor con desesperación se juzgará.
A lejanos y pequeños intervalos se reducirá,
Así quizá,
El cosmos en orden se mantendrá.
Los espíritus primordiales la figura de jurado adoptaron,
Para asegurar la benevolente imparcialidad natural,
Sentado en el estrado,
el sol deslumbra por la confianza que el amor le ha otorgado,
Incendia con palabras llena de pasión al estrado,
Natura escucha sin expresión,
Mientras el viento escribe sin compasión.
Luego,
Una clara luna,
Desnuda su alma ante el juez que de un soplo la vida le dio,
Esperando enmendar su inocente error,
Con la ternura de un solemne amor,
Cuando los dos callan,
deciden chocar sus bocas en desafiante jugada,
amantes cándidos,no saben que su fortuna ya esta echada.
La parca vestida de ley,
pide silencio al tribunal,
Los murmullos abandonan el salón,
La toga negra se pliega en sepulcral hálito,
El juez de pie se ha pasado,
La sala calla pues la naturaleza sentencia a dictado.
Al prohibido amor con sabiduría ha condenado.
El universo no resistirá la unión de los guardianes del fulgor y la oscuridad,
Es entonces cuando el espacio tiempo colapsará,
Un agujero negro La sabiduría natural absorberá,
El castigo para los obstinados amantes no abra de esperar,
Este amor con desesperación se jusgará,
A lejanos y pequeños intervalos se reducirá,
Así quizá,
El cosmos en orden se mantendrá.
Tú sol,
Hijo de las llamas de mi amor,
Os condeno a perseguir a quien con locura haz añorado,
Tú luna,
Hija de la inocencia de mis sombras,
Danzarás a descompás de tu amado,
Conservando de él,
el tenue brillo que te ha otorgado,
un tatuaje en el alma que te recordará,
con cuánta fuerza lo haz amado.
Mas mi amor por los dos me debilita,
Y dejaré que cabalguen el universo juntos de vez en vez.
La tierra en su génesis un camino de dolor a presenciado,
Un sol agitado que sigue la estela de llanto argentado,
Que su bella luna le ha dejado.
Maldicen los solsticios,
Que alargan el día y menguan el tiempo destinado a contemplar su astro amado.
El maldito dictamen otorga un pequeño espacio al sentimiento…
Es así como se funden en uno,
fugaz el sol captura a la luna,
Y en un sublime eclipse descienden los condenados espíritus,
En la oscuridad dos peces kois en el lago con la lluvia se arrullan
El sol incendía su amada luna.