Macedonio IV

Voluntad y motivo

Schopenhauer dice que en los animales los motivos son esenciales para activar su propia voluntad y así, actuar. Si esto fuera cierto, además de establecer la conciencia a un nivel muy inferior de aquél en el que todo pasa por tu cabeza antes de materializarlo, significaría que nuestras energías, casi todas, las gastamos en buscar motivos (aunque no nos demos cuenta), justificarlos (a veces mucho después de realizada la acción en cuestión) y, después, atesorarlos. Quizá sería mucho más fácil hacer todo lo que hacemos sin tener un motivo concreto (y Schopenhauer diría que nos estaríamos degradando en simples seres vegetales) y reaccionar directa, firme y unilateralmente al estímulo. Ninguna de las opciones me termina por convencer. Quizá lo único que hace falta es hacer, y valorar a la acción misma por eso (por el simple hacer).