¡Tal vez nunca sepas
lo que me aleja de ti!
Quizás la lumbre desesperada de mi vientre
es un espejismo involuntario
para no morir
El mendigo impertérrito,
que en su luto hostil- ¡seré yo!-
parece recordar en su trágica ternura
un amor coronado de un adiós.
Tal vez intente ver en ti
rezagos de una flor desnuda
de mi otro mundo,
en un instante
en un punto eterno pegado al abismo
de mi melancolía
¿Porque estamos así?
Muy juntos, casi contra el tiempo
¡Mirando el horizonte!
Tus manos apretadas a los míos
son como garfios cogiendo
suavemente la punta de mi alma