I
Al maestro que se entrega
Con ternura y con amor,
Sin tener más ambición
Que la que ellos aprendan;
Yo les digo nada teman,
Ni demanda o que se yo;
Si su luz es como un sol
Se merecen una ofrenda;
Algún día entenderán
Que su intención es muy pura;
Cuando los vean triunfar
Ascender como la espuma,
Ése, su triunfo, será
Un gran premio a tanta ayuda…
II
Los alumnos muchas veces
No demuestran interés,
Nada quieren aprender
Y tu esfuerzo no agradecen;
Con mil burlas se divierten,
Sus comentarios son hiel,
Nunca valoran el bien,
En vano, el tiempo, lo pierden;
Sin embargo, poco a poco,
Van mirando la grandeza
Y le van hallando el modo
Al salir bien en la escuela;
Mucha paciencia, hombre docto,
Llegará el día de cosecha…