Agradable y sensible poetisa
Las mañanas adorna con su verso,
Irradiando su amor cual suave brisa
Con ternura nos pinta el universo.
Imposible sería no rendirnos,
A sus plantas brindando pleitesía;
Porque sabe con arte sumergirnos
En aromas de fresca poesía.
Ramilletes de blancos azahares
En sus rimas palpitan seductores;
Zalameros y mágicos cantares
Hacen arcos de fúlgidos colores.
Es sublime, sensual y transparente,
Regia dama con dones especiales,
Nadie puede igualar su luz candente
Anunciando pasiones celestiales.
No podría evitar ser adorada,
Deja el alma repleta de consuelo,
En su mundo, con letra nacarada,
Zarandea el amor con grande anhelo.
Autor: Aníbal Rodríguez.