Cruda se muestra la incertidumbre,
Nada le impide limitar una sonrisa
¡Qué cabalgue libre esta culpa!
Qué silencie mis deseos de victoria
y serene la necesidad de sus besos.
¡Maldita esta batalla sin enemigos!
Maldito el tiempo y su demora.
Sé que nada puedo exigir al viento
pero quisiera sentir que en sus dudas
yace una esperanza que, dormida,
se oculta de las ondas que desatan mi ira.
¡Maldita lápida en mi mente!
Ilustra la muerte de una expectativa
quiero sentir el golpe de la sorpresa
cuando se roba el protagonismo
con una respuesta libre y positiva.
¡Que llegue lo inevitable!
¡Que hiera mi supuesta firmeza!
Venga el final de la espera
Aunque muera lo posible
Aunque muera mi sonrisa.
Aunque mi todo muera.
Eric Rancol González