El día que vuelva a verte,
de cada minuto haré un hilo que se entreteja con los demás y de ellos,
haré un abrigo que me cubra de las horas frías que vendrán después,
para mantenerme al calor de tu cuerpo y tu desnudez en ese invierno que,
aunque no sea diciembre, será frío, desolado, como las noches en que los grillos no cantan
y hasta las estrellas se guarecen entre algodones grises y aguas esparcidas, que después,
cuando te tengo, en forma de gotas saladas se dejan ver entre tus cabellos
despeinados por mis manos y mi boca, que esperan siempre ansiosos...
el día que vuelva a verte...