Manuel Acón

PUERTAS

La discoteca apagó sus focos y Huele a velatorio. 
La mañana impertinente, incontrolable,

me abraza a la salida.

 

Qué hago aquí

de quién es este cuerpo que apenas sostengo

dónde está mi vida.

 

Es hora de desandar la huida
volver a casa
llorar
arrepentirse 
dormir. Tal vez 
esnifar los rescoldos de otra noche  

en que vi ponerse al sol

puntual, violento
y sincero; 

 

como tu portazo

 

al verme llegar.