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PRIMERO LA REFLEXIÓN

    La conversación jamás empezaba al instante ni de manera apresurada.Nadie mostraba prisa en hacer una pregunta por importante que esta fuera, ni a nadie se acuciaba para que respondiese. Una pausa que diera tiempo para la reflexión, era la manera verdaderamente cortés de iniciar y  desarrollar una conversación. El silencio poseía un significado para ellos, y la práctica de la auténtica cortesía exigía un espacio de silencio antes de continuar y tomar la palabra, respetando la norma según la cual, \" la reflexión sobreviene antes que la expresión\".