Con sutileza despacio me iré,
hacia donde me lleve el aire frío,
en las dulces aguas del negro río,
se van las lágrimas que ya olvidé.
El silencio en mi interior buscaré,
y respiro armonioso es lo que ansío,
llevaré en mí el azar con mucho brío,
y el dolor de mi vida alejaré.
Renace un mañana en algún lugar,
lo encontraré atravesando el camino,
con cada paso total de mi andar,
que me guiarán hacia un nuevo destino,
con fuerte coraza de un solo amar,
ante ti Dios y en tus manos, me inclino.