Evitando caer de lleno en lo vano,
no soy lo que tengo, tengo lo que soy.
Para seguir poniéndome al día de hoy
en los recuerdos de segunda mano,
dejo de lado las teclas del piano
y al levantarme entre sus acordes voy
surcando el cielo tanto en cuanto me doy
sin restricciones a un vacío arcano.
Si ellas quieren y así lo necesitan,
puedo entregar mi aventura a las flores
para ayudarles a alcanzar su sueño.
Mas si les sabe a poco y se marchitan,
deben irse a buscar nuevos colores,
pues mi alma, por las formas no la empeño.