Te veo jugar ensimismado,
y quisiera congelar ese momento,
guardar esa sonrisa que es de cuento,
y pasear contigo de la mano.
Jugando con los niños en el parque,
contemplo tus sonrisas y carreras,
percibo con el paso de los años,
que ese niño va creciendo y no me espera.
Con aspecto picaresco y divertido,
desvías tu mirada hacia el abuelo,
quien mirando con ternura hacia el cielo,
da las gracias por haberte conocido.
Playa Chica es tu arena favorita,
para jugar con tu pala y tu caldero,
conduciendo por los charcos tu velero,
ayudado por el agua que lo agita.
Tu allí, y yo tan lejos,
me entristece no contar con tu presencia,
pues los días son más largos con tu ausencia,
porque faltan tus abrazos y tus besos.
J. Piñeiro