La misma mano
que a mi abrigo acude
la misma mano
que a mi saludo viene
Es la misma que se despide y huye
la que acaricia un rostro desconsolado
y ayuda a un anciano débil
a cruzar la esquina en congestión.
Es la misma mano
que abre una puerta
e invita a seguir
y es la misma que cierra un portón
para impedir tu ingreso.
Es la misma que hace una señal de victoria
y la misma que hace un gesto de poder
y la misma que amenaza
a un vecino con impedirle avanzar.
Es la misma que escribe poemas de amor
y elabora panfletos de terror
Es la misma que talla madera
y descubre arte
donde podría sólo haber carbón
y la que saca de una piedra la escondida escultura
que representa la perfección divina
hecha hombre o mujer
Es la misma mano
que planta semilla
que cultiva huertos
y cosecha frutos
y que da de comer.
Es la misma que sepulta muertos
y ayuda al buen nacer
La que reparte bendiciones
y dispara balas para herir y matar
Es la misma mano
que recoge flores
y arroja basuras
Es la misma que da limosna
y arrebata sueños
la que sostiene un puñal
y reparte pan
Es la misma mano...
pero no es la mano
Eres tu.