CANCHA
Dulce cancha que nutres mis tendones
que en tu último adiós coqueta danzas
en el ancestral tiesto de barro
sobre las ascuas de un fogón perpetuo.
Dulce cancha de milenaria historia,
sustento del peón y el caminante
ansiado pan, maná bendito,
mágico fermento de de la tierra fértil.
Dulce cancha encantadora,
hermana del trigo y la pelona
que luces orgullosa en el mantel de fiambre
como reina y señora.
Dulce cancha, hoy que voy por esta senda gris
con el lomo cansado, con la piel arrugada,
con el cabello cano y la ojota herida,
como te extraño dulce cancha.
Dulce cancha, aún te siento en mis bolsillos
y tu sabor llega a mis hambrientos labios
como cuando niño allá en la cordillera,
y te evoco en mi silencio y en mis versos
José Eugenio Sánchez Bacilio (Perú)