A. Martinez

La lluvia.

 

La lluvia va tocando
humedamente el día,
rompiendo a golpecitos
éste enconado silencio
que me habla de ti,
de tu manos,
que me dice de caricias
perdidas
hijas de tus manos,
huérfanas de mí.

 

Me sumerjo en un mapa
que arañaba desde
que te encontré,
donde señalaba
con palabras
que todavía no decía,
aquellos sitios,
lleno de caminos
no pisados,
y los transitaba
fabricándole puertos.

 

La lluvia,
de a poquitos,
va pariendo
un verano más fresco,
con mucho menos humo
y más verde,
uno lleno de otras flores,
que al crecer,
aprenderán a medir
el horizonte,
las lejanías,
las ausencias.

 

Dejo en paz el clima,
abro un libro
que lleva años
uniéndonos,
y en un lugar tranquilo,
me acomodo a pensarte.

 

Eduardo A. Bello Martínez Copyright 2019