Si mi vida se alargara cuatro vidas,
ese tiempo yo quisiera estar contigo,
escuchar tu corazón como testigo,
para entregarle el cariño que me pida.
Fundidos los dos cuerpos en el mío,
volvería a repetir varios momentos,
recordando con pasión esos encuentros,
sintiendo tu presencia no un vacío.
Al igual que un pintor fija sus trazos,
yo contemplo en tu cara su hermosura,
el autor deja en su cuadro la pintura,
yo dejo en tu cuerpo mis abrazos.
Nuestra vida no es eterna, se termina,
pero en ella hay espacio para amarnos,
no podemos del camino desviarnos,
para seguir a la estrella que ilumina.
Ni la magia de los versos lograría,
aglutinar todo el amor de cuatro vidas,
pero si te prometo, si no olvidas,
que no voy a dejarte y te amaría.
J. Piñeiro