Voy hacia ti.
Voy hacia a tí,
me llama el crepitar de tus violines.
Visito tus lagunas de dorados ánades.
¡El campanario de mi amor me convida a tus santuarios!
Voy hacia tí...
Siento en mis mejillas palpitantes
el roce sutil de tus manos cándidas.
Tus besos tibios prenden mi epidermis,
me entrego a tí por completo.
¡Me pierdo en los senderos de tu cuerpo!
Loas de amor eterno, te declamo
en un momento.
Voy hacia tí...
En la silueta cúprica de tu cuerpo,
se desvanecen mis fuerzas.
Tu sonrisa fulminante me doblega;
mi voluntad sucumbe ante tus aires de seducción fatal.
¡Me extravío en los tornados de tu mirada letal!
Voy hacia tí...
Mi tiempo se vuelve ice berg con tus besos.
Cómo osezno sediento de las mieles, mino tus yacimientos.
Voy hacia tí,
en un desfile de abrazos sinceros
te perjuro, amor eterno.
Rigoberto Montoya 2019
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