Ahora que la tarde cae imagino vendrás.
Lo siento en el ritmo pagano de venas y piel;
en el corazón estrujado de tanto añorar,
en el tiempo que engaña por no defraudar.
Pondré la mesa, el mejor mantel,
que no falte el café y la charla;
que no falten las ganas de reírnos por nada.
Te espero.
Imagino vendrás, quizás a la cena.
Pondré nuestro tema.
Prometo abrazarte;
encadenar el alma a ese segundo eterno que supone me abraces de inmortalidad.
Promete quedarte y si no pudieras promete llevarte mi instante finito de felicidad, que no vuelva al infierno cada vez que te vas.