Ricardo Domínguez

Tres Microcuentos

Encierro 

¡Ya no puedo más con este encierro, me estoy volviendo loco! Mis ojos sólo ven barrotes, en la celda mis compañeros no dejan de ulular, pasamos largos fríos en las noches de invierno y sobre todo; ¡la comida siempre en la misma!


Ojalá nos cambien el alpiste y agua por otra cosa.

 

Una guerra en el jardín

El batallón estaba listo, teníamos ya una estrategia final. Tanques y aviones apuntaban con sus largos cañones hacia las fuerzas enemigas.


De pronto una mano con guante blanco tocó mi hombro; era Joel que quería de regreso sus soldaditos de juguete.

 

Antes de partir

Ya me iba; así que pasé a visitarla antes de no verla en mucho tiempo. Llegué a su casa, entré sigilosamente y le toqué la espalda. Me miró y de un brinco cayó al piso no sin antes pegar un grito.


Debe ser porque llevo tres días de muerto.