¡Que tarde maravillosa!
Yo esperando tu llegada,
paso el ocaso, llegó la
noche llena de estrellas,
hasta la inspiración estaba
en mi, pero no de pena,
porque nunca cumpliste con
tu promesa, que iba a estar en
mi regazo ardiente, de pronto
llegaron amigos, que no eran
invitados, entre copas, versos
y versiones de mi pueblo, pasó
la noches cada cual para su
casa alegré , y tú visita ya no la
quiero, peor el amor que dice
tenerme, porque yo vivo sólo,
alejado de ti y muy feliz.