El otro yo

Cuarto de hora

Afuera el silencio devastador,

adentro todo pareciera estallarnos,

los ojos, las manos, un papel, tu boca.

el mundo parece enfrascado en el ego de un espejo,

tu espejo.

El aire se respira demasiado pesado,

las persianas de los balcones golpean la conciencia

un anciano toma el control remoto, otro suicidio,

las palabras se corrompen con el ácido de las mentiras,

besas tu sombra y sigues camino.

El reloj marca las doce en punto.

el gigante olvidó dar vuelta la página,

el silencio lo absorbe todo,

lo inevitable ocurre, a otra cenicienta

se le terminó el cuarto de hora.