Probablemente, en otra sección del mosaico, es también la una de la madrugada pero me abrazas, en otra de un color distinto, quizás azul, es la una de la mañana y beso tus manos.
En otra sección del mosaico, quizás verde, son las tres de la tarde y mi corazón palpita porque llegaste, probablemente son las tres de la tarde y estás a punto de besarme hasta el alma, y yo estoy a punto de guardar ese recuerdo como si solo te fuera a tener cinco segundos.
En otra púrpura, me acomodas el pelo en la oreja, quizás sean las siete de la noche y solo puedo pensar que estoy a punto de extrañarte otra vez.
Quizás en una turquesa, ya es miércoles y en medio de mi agitado día, te pienso y anhelo tu hombro. Quizás en otras más, me mantenga pensando en que te quiero. En otras te esté soñando, en otras abrazando o estemos riendo. Tal vez te tenga.
Pero justo en esta parte del mosaico, amarilla, te estoy escribiendo a la una de la madrugada, pensando en que me ayudará a palpar, con más suavidad en mi memoria, tu voz diciéndome te quiero.