Número de sangre en la mirada
es la que lleva dentro toda mujer,
sus cromosomas limitados en la colada
cerebral y el tamaño del pene que debe beber.
Delgado y con ojos azules su azotea dañada
por su visión relativa, no deja de ver
más allá de su nariz, y esto, acompañada
en ocultar su verdad que nunca deja de envejecer.
Misoginia de semen lleva la bofetada
la mujer por sus bragas caídas en vender
sus ofertas sin que yo vea su monada.
Su mirada, sus putas deja esconder
su número de sangre y boca de colorada
zorra (no pantera) que a mí he de desvanecer.
pd:
A la mujer no es ver estría,
sólo espacio de simonía.
(8 de marzo 2019)
NACHO REY