Este día, con negros nubarrones,
galopante circula en mi memoria
los momentos preñados de ilusiones,
cuando todo sabía a grande gloria.
Yo recuerdo mis tiempos juveniles
con mi porte de antiguo mosquetero,
que con gracias afables y gentiles,
fui de amor, el perfecto caballero.
Siempre fui temerario y decidido
en las horas de luchas libertarias;
cual Quijote,mi fuego bien prendido
desbordaba de formas incendiarias.
¡Cuantas damas mi lecho perfumaron
con sus cuerpos divinos y candentes;
y sus labios carnosos me entregaron
grandes besos dulzones y sonrientes.
Mas las sombras de otoño van nublando
los magníficos soles del pasado;
de sus rayos vibrantes van quedando
el recuerdo de olvido perfumado.
Van perdiendo sus flores los laureles,
do construyen sus nidos las torcaces;
y se mueren de pena los claveles
por los años tan crueles y voraces.
Hoy que agrego mas horas a mi vida,
me repito, mirando sus vaivenes:
¡He ganado con creces la partida,
pues cadenas quité de mis andenes!
Autor: Aníbal Rodríguez.