Las peleas eran rudas. Aunque no se usaban armas. Se golpeaban con palos o ramas. Si ves ahora una pelea no acudas. Más que peleas eran jaleos. Sin pedradas ni disparos. Acudían dándonos amparos. Y descansábamos entre jadeos. Hay que ser valientes y evitar enfrentamientos. Si queremos siempre vivir en armonía. Y no desesperar en permanente agonía. Aprendamos de las brujas sus encantamientos