Yamel Murillo

PNEUMA

 

Me habló, en célula, de la niebla de tu memoria.

Murmuró acerca del camino tendido de rosas, absteniéndose compasivamente de señalar los cardos de segmento agudo, cuando prestos aguardaban mi torpe paso.

Te llamó varón.

Nombró turquesa al agua y topaz a los cielos callados, pero omitió hablar del cristal líquido de los prismas tristes...
Los conocí cuando empedraron mis pupilas y estreché el primer abandono. Desde ahí, la ansiedad prendería un zarcillo de peridoto a cada lóbulo que besarías.

Grité a las postreras aves nocturnas todas tus ignoradas moras, al tiempo que tu palma embalsamaba mi lagrimal con la imagen crisálida de tu rostro, dándome el aliento.

Te besé, de la punta fina de tus distales
al tallo castaño de tu cabello más volátil.

Del triangular carnoso de Cupido hasta la pureza del pneuma,donde me respirabas...

 

 

Yamel Murillo

Confesionario I
Las Rocas del Castillo©
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