Era un dìa soleado,
sin un solo jirón de nubes en el cielo,
un paisaje onírico para una chica onírica, asì suelo pensarlo...
Sentado con una pequeña libreta estaba yo,
perdiendo un poco de mi vida viendo la brizna de pasto que habìa en aquel parque...
Entonces me percate que no estaba tan solo como estoy acostumbrado,
en mi alrededor y para ser mas precisos a uno de mis lados estaba sentada ella...
Ajena a la realidad y por ende ajena a que habìa empezado a observarla...
Intentarìa describirla,
pero aun que escriba miles de palabras sobre ella no te harìas a la idea de como es...
Intentando disimular mis miradas abrì mi libreta dirigiendo de vez en cuando la mirada a ella,
haciendo evidente que lo que hubiera en esas hojas ya no llamaba mi atenciòn...
Sucedìo rápido,
en lo que se tarda en respirar profundo una vez,
ella sorpresivamente volteo hacia el mismo lado en donde yo me encontraba,
atrapandome en la mìsera tarea de observarla,
yo ajeno a su mirada seguí siendo un mero espectador, entonces me sonrìo,
aquella sonrisa me saco de mi ensimismamiento y me arranco del sueño de dirigirle una palabra...
Lo unìco que paso por mi mente fue lo que alguna vez leì...
\"Hay siete palabras que haràn que una mujer caiga a tus brazos\".
Me serene cuato pude y entonces me acerque un poco a ella para que me escuchara...
-Siento mirarte tanto pero, me preguntaba que estarias haciendo aquí?-
Alli comenzó nuestra historia, por una infinidad de coincidencias y un desliz del destino...