A veces, y salvo raras excepciones, mi mirada siempre se ha dirigido desdeñosa hacia esos párrafos perdidos que son presentados como poemas para mi ya vaciados previamente de cualquier contenido, ya sin alma -. ¿Puede un poeta reconocer que sus poemas no tienen alma? -: Fríos, lejanos y también cercanos en la no explicación del por qué esas palabras con o sin sentido... Eso es vaciedad del alma. Todo poema sólo es, y en el fondo, un desahogo, o quizás una explicación forzosa que nadie ha pedido ni desea pedir. Un intento vano y a veces inútil de descubrir o de encontrar los refugios de un submundo oculto en el pensamiento humano que se exterioriza con una mirada que acaba en un lenguaje. No hay más, sólo eso: vaciedad.
Lázaro.