Soy aquel que las almas cargó
Por orden del supremo rey,
Y soy quien ha de volver
En su búsqueda al culminar;
Cada pasar por la tierra
De mi, una huella encontrarán,
No intenten comprender más de mí
Que apenas lo que dejo vislumbrar;
Pues aquello que de mí quieran ver
No lo harán sino hasta el fin,
Que no es más que el principio
De su inmortal acaecer