No me conoces pero eres mi destino.
¿Te acuerdas de aquel día de aquel año,
en que los dos chocamos de repente?
Caíste al camino confundida
y yo, disculpando mi torpeza,
acudí en tu ayuda,
levanté del suelo tu menuda figura,
y al mirarte,
descubrí sorprendido
ese inolvidable lunar que llevas en la frente.
¿Te acuerdas de aquel día de aquel año…?
Tantos son que no recuerdo el tiempo.
Se han ido las vidas,
la tuya y la mía;
cada quién siguió su camino,
hizo su destino,
jugó su suerte.
Y hoy, como aquel día,
casi chocamos nuevamente.
Acaso ni te acuerdas de aquel día…
El destino se empecina en unirnos de fortuito,
y la vida nos separa para siempre,
aunque ni tú sabes mi nombre,
ni yo el tuyo.
¿Acaso nuestras almas siempre se persiguen?
¿Acaso fuimos novios en un tiempo ya inexistente?
¡Esperemos entonces el próximo encuentro!
Y aunque no me conoces, ni te acuerdas del motivo,
aunque no sabes que estoy en tu camino,
yo soy aquel que un día de aquel año,
chocó contigo de repente,
chocó contra el olvido,
chocó para siempre,
porque hasta el día de hoy no ha podido olvidar
el bello lunar que llevas en la frente.
Frank Calle (23/mayo/2019)