Tu redondo perfume mis sentidos dilata
en el cárdeno despertar de la bella aurora,
tus abrasadores labios son fuego que mata
los efluvios que al céfiro envuelve y colora.
Fuego en llamas como ígnea nieve caída del cielo
son tus pétalos grana de elegante señora,
tu inefable hermosura el ojo ciega cual velo
de sutiles aromas y cálidos colores
que en etéreas nubes se esfuma como arduo anhelo.
Fragantes miradas son tus cálidos amores,
dulces besos liban tus rubíes ardorosos,
tus irisados pómulos envidian las flores.
Tus pétalos irradian los iris más hermosos
en el tierno latir de la cálida mañana,
por su terciopelo fluyen destellos acuosos
que refulgen en el aire polvo de oro y grana.