Contemplaba en lontananza
Ese brillante lucero,
Le gritaba que te quiero
Que eras mi única esperanza;
Yo tenía la confianza
De un audaz aventurero,
Que fuese él buen mensajero
De nuestras almas, su alianza;
Y el milagro cobró vida
Poco a poco te acercaste
Y la agonía vivida
Con tu amor, la terminaste:
Y por fin mujer querida
Mi sueño realizaste…